El «venture debt» o deuda de riesgo es un tipo de financiación que se ofrece a empresas en etapa temprana, generalmente startups, que tienen un alto potencial de crecimiento pero que aún no han alcanzado la rentabilidad o la estabilidad financiera. Este tipo de deuda permite a las empresas obtener capital sin tener que renunciar a una parte significativa de su accionariado, como lo harían en una ronda de financiación con inversores de capital de riesgo.
El venture debt funciona como un préstamo, donde la empresa recibe una cantidad de dinero que debe devolver en un plazo determinado, con intereses. Sin embargo, a diferencia de un préstamo tradicional, el riesgo asociado a estas empresas es mayor, por lo que los intereses suelen ser más altos y, en algunos casos, los prestamistas también pueden recibir opciones de compra de acciones (warrants) como garantía adicional.
El venture debt es una opción atractiva para las empresas emergentes ya que les permite financiar su crecimiento, disponer de más tiempo antes de quedarse sin efectivo y sin diluir significativamente la participación de los fundadores e inversores existentes. Además, puede ser utilizado para financiar gastos operativos, inversiones en infraestructura, adquisiciones o incluso personal.
Por otro lado, los inversores en venture debt asumen un riesgo mayor que en préstamos tradicionales, ya que las startups a menudo no tienen garantías suficientes o un flujo de ingresos estable para respaldar sus deudas. Sin embargo, en caso de éxito, estos inversores pueden obtener rendimientos significativos a través de los intereses y la posible apreciación de las acciones obtenidas a través de los warrants.
En resumen, el venture debt es una forma de financiación para empresas en etapa temprana con alto potencial de crecimiento que les permite acceder a capital sin diluir significativamente la participación de los fundadores e inversores, mientras que los inversores en venture debt asumen un mayor riesgo a cambio de la posibilidad de obtener rendimientos atractivos.